01 agosto 2008

"PEREGRINAJE" AL SANTUARIO IMAM REZA

De camino al Mar Caspio, atravesamos la más alta cordillera de Irán, los montes Alborz; nos habría gustado mucho ver la montaña mas alta del país, pero el día estaba muy nublado, y el Damavand (5.601 m.), es demasiado alto como para verse con un día así.

Sari, es la capital del estado de Mazandarán, donde nos esperaba Farjam. La verdad es que siempre vamos sin planes fijos y así es como mejor salen las cosas; Farjam tiene unos tíos viviendo en Babol Sar, una ciudad a orillas del Mar Caspio y nos invitaron a pasar por allí; bueno exactamente viven en una villa privada, donde se aloja la gente mas adinerada del país.


Fue algo muy interesante; aquí no hay policía y las normas se rompen por todas partes; a pesar que al gobierno no le gusta este lugar, hay mucha gente poderosa y no pueden hacer nada. Hemos visto chicas sin cubrirse el pelo, en faldas, chicos en pantalón corto, con tatuajes…pero aunque es más “liberal” a la hora de ir a darse un baño a la playa es todo un dilema. La mujer se puede bañar cuando quiera mientras sea con ropa, pero existe un lugar cercado, (un recinto cerrado de playa y parte de mar), bajo una intensa vigilancia y donde sólo pueden entrar mujeres, para que se puedan bañar en bikini; solamente tres horas diarias.


Una vez más asistimos en las cenas tipo camping de los iraníes; en la misma villa cerca de la playa llevamos todos los bártulos para pasar la noche; pero en esta ocasión había un ingrediente más, alcohol. A pesar de la ausencia policial esto es un riesgo muy alto; recordamos que el consumo de alcohol en Irán está castigado con latigazos.
Lo curioso es que a pesar de la edad de los tíos de Farjam, (ya mayorcitos), era como si estarían bebiendo alcohol por primera vez, escondiéndolo, y haciendo extrañas mezclas como whisky con una cerveza rusa; o también una cerveza que fabrican en casa; (lo llaman cerveza a pesar de tener un 70% de alcohol); y lo mezclan con gaseosa de naranja.
La verdad que nos reímos un montón y lo pasamos muy bien con todos, quienes se portaron con nosotros extraordinariamente, al igual que el resto de iraníes que hemos conocido.

Visitamos también un lugar muy controvertido; la bahía de Amir Abbad; aquí se encuentra una planta que produce electricidad por medio de gas; pero ahora está preparando todo para producir electricidad con plutonio; esa es una de las causas de las disputas entre EEUU e Irán; aunque la principal fabrica está al sur en el Golfo Pérsico, la cual ya está usando este elemento.
En ésta bahía también hay un importante puerto, donde llegan barcos rusos cargados de petróleo. En Irán se usa el petróleo ruso, que es más barato; y el petróleo iraní que es muy caro en el mercado se exporta.


Nunca hemos contado historias personales de la gente, pero lo vamos a hacer ahora como ejemplo de las muchas cosas que pasaron tras la revolución; son historias que escuchamos cada vez que conocemos a alguien, pero ésta es una de las más duras:

La familia de éste chico era propietaria de la sala de cine de la ciudad, una familia con buen nivel económico. Tras la revolución el gobierno les quitó el cine y muchas de sus propiedades, dejándoles con lo justo. El padre quién dedicó toda su vida a este cine, y mantener a su familia, no pudo soportarlo y murió de un ataque al corazón.
El chico en este tiempo tenía una novia; su futuro suegro formaba parte de los rebeldes, fue capturado, encarcelado y asesinado; la novia y familia debieron salir del país por el riego que corrían, emigrando a EEUU, donde se encuentra una gran población iraní.
El chico no puede viajar a EEUU, lógicamente; y aquella novia jamás podrá volver a Irán, a menos que cambie el gobierno. Este chico aún la quiere y sueña con un visado complicadísimo y carísimo a Europa para poder reencontrarse con ella.

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Farjam, nos pidió por favor un día mas con él, esto siempre nos pasa en Irán, y esta vez aceptamos. Nos llevó por la costa a ver varios pueblos junto al Mar Caspio, y pasamos un día en el bosque de comida con toda su familia. Por la noche, los tíos son el espíritu de la casa, y se pasan el rato bailando, riéndose…y para terminar prepararon una barbacoa de pollo en la misma ventana de la casa.

Farjam nos llevó de vuelta a Sari y nos pagó un taxi hasta Gorgan; aquí nos esperaba una pareja, y él se encargó de llamarlos, preparar el encuentro, y que todo estaría en su sitio para que saliese perfecto.

La verdad es que no paramos un momento y a veces es agotador, pues aquí la gente es increíble y quieren enseñarnos lo mejor que tienen. Según conocimos a Mohsen nos llevó a casa a conocer su mujer Leila, y seguido al parque más famoso de Gorgan, Nagar-Khoran. Por el día esta vacio pero en la noche se llena por completo de tiendas de campaña y familias preparando comida. De regreso a casa compramos pan, en una tradicional panadería donde la mujer amasaba los panes en un pequeño cuarto en la calle.


Pero sin duda lo más llamativo de aquí fue visitar una villa de población original de Turkmenistán; debido a la cercanía de éste país, paralelo a toda la frontera se encuentran villas con ésta gente. Mohsen y Leila nos llevaron a un mercado que es la mejor forma de ver a los habitantes; tienen caras muy diferentes, con ojos rasgados; y vestimentas muy llamativas y coloridas en el caso de las mujeres; quienes se colocan un anillo en la cabeza bajo el pañuelo como señal de casadas.
Hacer fotos fue más complicado pues no les gustaba mucho; tuve que ir robando alguna. Esta villa llamada Bandar-e-Turkman, se encuentra a orillas del mar Caspio, y dimos una vuelta con una lancha hasta una isla durante la increíble puesta de sol.


Turkmenistán está aquí alado y es muy tentador, pero tendrá que esperar a otra ocasión en otros viajes…

El día siguiente Mohsen nos llevó a conocer su familia, bastante religiosa, teniendo que seguir normas como no dar la mano a personas de género opuesto; de todas formas gente muy amable y educada; veníamos recién desayunados, y al llegar nos sacaron bebida y comida; seguido fuimos a un bosque a hacer una barbacoa y comer más, (esto es Irán…) Caminamos por allí hasta encontrar una bonita cascada…


Mohsen quería mostrarnos tantas cosas que no había tiempo, pero aún así lo hizo. Esa misma tarde nos marchamos a Gonbad-e-Kavus, muy cerca de Turkmenistán y con gente original de éste país; aquí, según dicen se encuentra la torre de ladrillo más grande del mundo… Cuenta con 55 metros de altura, por dentro está totalmente hueca, y suena un gran efecto de eco.


La noche nos cayó encima mientras seguíamos camino hacia el este, ya de noche cruzamos un estricto control policial para los coches que vienen en sentido contrario; debido al tráfico de droga que viene de Afganistán, especialmente opio.
Pasamos la noche en una tienda de campaña con Mohsen cerca del Parque Natural de Golestán, que así es como se llama ésta provincia. Montamos la tienda en una estancia donde todo estaba lleno de tiendas, (como siempre en Irán); es algo increíble porque es como un camping gratuito. La gente acampa ahí con el coche y todo, y se tiene acceso a baños lavabos, restaurante, y mezquita por supuesto.


Tras visitar el Parque Natural, Mohsen nos buscó transporte para seguir nuestro camino. Al ir los buses completos, le sugerimos hacer dedo, pero la gente del club no nos deja, a pesar de ser seguro, y de funcionar de maravilla por lo que hemos oído. Lo que hizo fue meternos en un taxi y nos lo pagó…

De camino a Mashhad, la gran urbe en el noreste, hacemos una parada en Bojnourd, una ciudad a mitad de camino; aquí habíamos contactado con un chico de HC, fuimos sus primeros huéspedes y probablemente los últimos, porque aquí no para NADIE.
Su nombre es también Mohsen, un chico joven que está preparando todo para emigrar a Australia y no regresar jamás; su familia nos recibió con una alegría tremenda; para ellos somos una gran novedad, algo que recordarán siempre, y el claro ejemplo es la sobrina de Mohsen; Molood; estuvimos con ella muy poco tiempo, pero aún así la cogió un cariño enorme a María, regalándola una carta en inglés, con dibujos, y más cosas que no pudo aceptar.

La parada en Bojnourd era de descanso inicialmente; pero es imposible; Mohsen tenía todo planeado para nosotros para pasar un día inolvidable.
Junto a su primo nos fuimos a un pequeño parque de atracciones, a cenar pizza, y más tarde con sus amigos nos llevaron a un bonito parque a tomar té y fumar una pipa de agua.


Normalmente hemos viajado en buses bastante buenos en Irán, pero de Bojnourd a Mashhad son algo más cutres, (que no dejan de estar bien), pero lo mejor es el precio, 255km, por 70 céntimos de euro…
La carretera discurre entre dos cadenas montañosas y un terreno muy seco; cruzando la del norte llegaríamos a Turkmenistán, pasando la del sur, se extiende el enorme desierto de Irán; y si continuamos unos kilómetros más allá de Mashhad, nos topamos con Afganistán; de todas formas, Mashhad será nuestra única parada en ésta región.

Mashhad es la ciudad más santa de Irán y uno de los lugares más sagrados del Islam de la rama chií. Al igual que en el cristianismo, el Islam tiene 12 Imam (como apóstoles…); el 8º de ellos, Imam Reza, está enterrado aquí en el santuario más grande del mundo islámico; esta santa ciudad recibe al año más de 20 millones de peregrinos.

En Mashhad nos alojamos con Reza y su hermano Alireza, en las afueras de la ciudad. Reza es el embajador de CS en Mashhad, y preparó un meeting con todos los miembros del club, algo muy interesante para todos nosotros.

El día que fuimos al santuario sagrado del Imam Reza, cometimos un gran error, aunque no lo supimos hasta más tarde. Un hombre se ofreció a ayudarnos a llegar, y aceptamos su ayuda; en la entrada sabíamos que no podíamos llevar cámara de fotos, así que María la ocultó entre el chador que debe llevar obligatoriamente en éstos lugares; el chador es una prenda que cubre todo el cuerpo desde la cabeza, dejando sólo visible la cara.
Este primer paso lo superamos sin problema pero el hombre nos llevó a una especie de oficina turística, donde nos atendieron muy bien, nos regalaron libros de cómo convertirnos al Islam…y un hombre nos mostró donde estaba el edificio de museos. Nos dijo que podíamos estar el tiempo que quisiéramos allí, pero al no ser musulmanes, según terminaríamos debíamos abandonar el recinto de inmediato.
Pero no podíamos perder esa oportunidad y no hicimos caso; nos ocultamos entre la gran multitud de fieles, y visitamos todo el santuario.
La obra es inmensa, maravillosa, pero dentro, todo alrededor de la tumba, es algo increíble, decorado con pequeños cristales, techo y paredes, y donde la gente camina para intentar alcanzar la tumba. En el camino, gritan frases sobre el profeta Mahoma, y todos exclaman ¡Ala!; otros rezan contra la pared llorando y lamentándose…
Gracias a la multitud colamos sin problema y pudimos ocultar la cámara de fotos.


En mucha parte del recinto, como alguna fachada o cúpula están hechas de oro puro; y bajo todo el lugar se halla un cementerio donde la gente paga dinerales por estar ahí enterrado.


Ya se sabe sobre que Irán es tierra de poetas; grandes escritores de todos los tiempos; y en Mashhad se halla una tumba más de éstos genios. La tumba de Ferdowsi.
En el pasado meeting, conocimos a Mohamed y él se ofreció a llevarnos hasta la tumba junto a su huésped Marco, de Serbia.


Regresamos a Teherán de una tirada en tren, cogimos un billete de segunda clase, que para nosotros es como de lujo. Pagamos 67.000 Rial por los dos (4,5€); 1.000km de recorrido. Lo malo es que al ser a mediodía, llegamos a las 2:30am a Teherán; y como Neda y Ali Reza nos habían invitado a dormir en su casa de nuevo, tomamos un taxi, que nos costó casi lo mismo que los dos ticket de tren…


Durante el viaje lo pasamos bastante bien, se hizo muy ameno, pues nos tocaron de compañeros de compartimento 4 chicos muy simpáticos, que aunque no hablaban nada de inglés hicieron lo posible por entenderse con nosotros; en la foto se ve en gran interés que ponían a cada cosa que les enseñábamos como el mapa e Oriente Medio con nuestro recorrido.


Casi sin dormir, nos fuimos a la embajada india; donde cada vez que vamos nos ponemos de los nervios, pues es la más desorganizada y con gente más maleducada que hemos visto. Entre gritos de la gente que nos atiende conseguimos encontrar la ventanilla; pero obtuvimos la visa por la tarde, después de pasar el día deambulando por las calles de Teherán. Finalmente pagamos por ella 26€, los 8€ adicionales era por ser extranjeros; la verdad que por una visa de 6 meses es bien barato…

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